El texto-traje: la moda, corte y confección en la poemática de Diego Ramírez
- Paula Ilabaca Núñez -
Hace días que estoy leyendo sus poemas. Hace días, además, inspecciono, hurgo, me meto en su blog. Todos hablan así. Todos le dicen usted. Es casi una moda ya. Una estética. Una manera de decirle cuánto adoran su corazoncito punk, sus talleres, su quehacer, su carnicería, su manera de hacer y deshacer. Cómo confecciona, recorta y mantiene el ritmo. Cómo se defiende, se envalentona o se desentiende. Cómo lo hace para escribir tan así, tan de ese modo que sólo usted sabe y que ya es suyo, que ya es su marca, su tatuaje, su dentellada, su impresión.
Las palabras anteriores en cursiva y aparte, las utilizo para situar lo que la lectura de los textos de Diego Ramírez me provoca, pues al abordar su poemario titulado “Cariñoniñomío” en los que se mantiene y trabaja una idea de confección, en un sentido estético, casi como si habláramos de moda, de creación con telas, texturas, rebajes, cierres y botones, un texto- traje, un diseño pop. Y es así como el autor cose, enhebra y diseña; dejando al mismo tiempo un espacio en su manufactura para lo contrario, para el uso de una aguja curva, la adición de un alfiler de gancho. Es así como pienso abordar este conjunto de poemas, como si el texto, como si su hilado, como si su tejido rebelde fuera el soporte sobre el que Ramírez trabaja, cose, urde, interviene, remeda.
Es en este soporte entonces, donde el discurso amoroso toma rumbo fijo y como un hilo conductor enhebra el texto en su totalidad. El discurso amoroso y su letanía constante hacia ese tú, arisco e indomable; el objeto amoroso que mantiene alerta e inquieto al sujeto amoroso, que se encuentra agobiado, en una sensación de derrota, de juventud perdida, cito: “y como aprender a tocarlo sin sentirme cansado y desgastado/ por mis costados de historia reciente y pasada”. Por otro lado, la orden, el uso del acusativo: “míreme despacito en cada detalle”, hacen que este sujeto amoroso también adopte un estado de poder en crisis para encarar a ese otro que lo tiene en vilo, amable e indomable, que no transa y que deja que el sujeto amoroso se demuestre en toda la decadencia y patetismo del que ama en vano. Cito: “Cariñoniñomío/ quiero que usted se dé cuenta, / que usted dimensione con algo de lástima y tragedia/ que este es el único poema de amor que no pude terminar de escribir”. La imposibilidad de nombrar, de decir, de verbalizar es lo que pone en jaque al sujeto amoroso, aun cuando de todas formas lo diga, aun cuando lo esté haciendo, lo esté escribiendo y, finalmente, verbalizando.
Siguiendo con la idea de la confección de sus textos, otro de los ejes, uno más bien de descosido, es la institución, nombrada con todas sus letras, cito: “Me habla de las instituciones, yo le sonrío, le digo que me muero de miedo, de miedo y de miedo”. Esta institución parece ser un detonante desestabilizador dentro de su discurso amoroso. Así también, la institución toma la figura de los padres, cito: “porque los padres no saben del jueguito sin gracia” o “todos los padres deberían morir”, oración ya convertida en un clásico entre los autores de la diferencia, a los que Diego Ramírez pertenece. Sin embargo, también se advierte otro tipo de cariz en relación a la idea del pater/ del paternalismo e incluso de la maternidad: “Usted sabe que puedo cuidarlo/ de las jornadas del morbo/ y las estadísticas del infierno paterno”. Es en esta última cita donde la voz poética pareciera que vuelve a retomar el cosido, la costura precisa, en el sentido convencional, y se ofrece a sí mismo como el que cobija, como la madre, como el padre, ambos sumidos en esta voz que acoge y pide ser acogido, que pone sus reglas y enumera sus carencias, lo que no es otra cosa que la constante dicotomía que a un hijo o hija le entregan un padre y una madre, en esta ciudad o en cualquier otra ciudad de nuestra cultura latinoamericana. Y es así como el autor expone un cuerpo que viaja y desea alejarse de la institución, la nación, del padre y, finalmente, la patria. Cito: “Quiero irme a Buenos Aires”, en una necesidad de alejamiento de lo que en Chile acontece, del poder que por todos lados censura, cohíbe y maltrata.
La confección, la creación de la textura, tiene contemplado el uso de una lengua exacta y tenaz, con la que el autor hostiga, agota y sorprende al lector con recursos disímiles dentro de nuestro registro; desde la manufactura de una serie de versos más rabiosos y marginales: “Tú no sabes la manera fatal en que te miran los chicos por San Telmo/ Bancador/ pasivo/ profesional”, hasta la aparición de capas más suaves y quizás reivindicando el uso del cliché: “la manera en que lloro sin que usted me vea/ sin que usted se imagine que alguna vez/ el chico semi rapado que se repta encima y entre sus piernas/ alguna vez estuvo llorando por usted”, lo que resulta bello y desconcertante; este entrar y salir de un contexto hacia otro y viceversa, de una confabulación hacia otra, sin una tela o un velo de por medio.
Pienso que la poesía de Diego Ramírez, principalmente la que queda enmarcada en su poemario “Cariñoniñomío” se ha posicionado en una escena que le es tan propia como a su voz y su palabra; que el uso del cuerpo en sus textos es un acto político, pues supone un saber, un antes y un después al discurso amoroso, una sumatoria a las estéticas de la diferencia. Diego Ramírez ha instalado un decir, un saber y una experiencia que me supone un arte y vida compenetrados y, a la vez, en disputa. Como si estuviera corrigiendo su poemática/ problemática una y otra vez, así como si estuviera cosiendo o descosiendo, como si estuviera haciendo ropas, trajes para vestir una nueva hegemonía, ensayando los moldes, componiendo un espacio pop, en el que se puede bailar, desear y padecer, todo bajo la panorámica de este autor, su particular prisma, su desacato.
PAULA ILABACA NÚÑEZ (Santiago, 1979) es Licenciada en Letras con mención en Lengua y Literaturas hispanoamericanas de la Universidad Católica y Profesora de Castellano de la Universidad Católica. Publica su libro “Completa” en la Editorial del Contrabando del bando en contra, en el año 2003. En el año 2005, aparece publicada en el antología “Cuatro cuartetos: Cuatro poetas recientes de Chile”, Editorial Black & Vermelho, publicada en la ciudad de Buenos Aires. En las lecturas que ha participado se encuentran, entre tantas otras: Primer encuentro internacional de jóvenes poetas Poquita fe, Santiago de Chile 2004; Salida al mar: segunda edición, festival de poesía internacional realizado en ciudad de Buenos Aires; AQPoesía en ciudad de Arequipa y XIV versión del Festival Internacional de Poesía Bogotá en la ciudad de Bogotá, ambos en el año 2006. En el año 2006 recibe la Beca de Creación Literaria entregada por el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes, la que le permite publicar en Editorial Mantra su libro “la ciudad lucía” en conjunto con su disco homónimo.
de Cariñoniñomio (2007)
Bellos y desamparados en medio del mito inaugural de las masturbaciones afectivas, el desmonte y el acople de la larga separación carnal, y yo soy el único responsable de esa imagen. Y el dolor parecía una película que no vimos, en la felpa rosada y angosta que se cuela por tus manos cremosas y tus bocas cansadas. Ahí estábamos, jugando a ser novios nuevos y lastimar a los otros que quieren bailar con nosotros, y a pesar de lo delicado que te salen los abrazos, a pesar del desencanto y la burla, estas felizmente discriminada, rechazada por la ropa y mi maltrato. Muerto de miedo, despacito, siempre despacito, te llevo a bailar donde alguna vez me dejaron solo.Te llevo a todas las partes de mi vida del antes que te conocieray ese antes de conocerte se vuelve siempre tan terrible de pensarteen el pasado detenido a ese inicio sin miahora de lejos te veo crecer y bailar en la rutina mortuoria de otros cuerpos ofreciendo poemas sin terminar Ahora te veo la cicatriz del abuso que te gusta tanto sobre marcar como victimapara que te quieran mas, todas estas las abandonadas del continente.
**Este texto fue escrito y leído como parte del ejercicio de taller de la Fundacion Neruda, dirigido por Floridor Perez y Jaime Quezada, y realizado en La Chascona, casa del poeta Nobel, y hoy refugio de los días lunes de jovenes poetas, (y yo). Paula Ilabaca, generosa, debió escribir un texto critico en relacion a mi poemario presentado, "Cariñoniñomio", un poema de amor que no pude terminar de escribir.
2 Comments:
"Te llevo a todas las partes de mi vida del antes que te conociera y ese antes de conocerte se vuelve siempre tan terrible"
esa frase está perfecta. :O
me gustó todo, el analisis, la clase de corte y confección, las instrucciones y las descripciones, todo, buenisimo.
=)
besos
cariños también para la niña paula, balbuceanta de ley.
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