Mi escolar rebelde en Toma
Si los amo todo el año, como no acompañarlos en la revolución

Es casi como si fuera y no fuera mi Che Guevara de liceo que se cuelga morboso de mis celos indefensos, se cuelga del enrejado escolar de su liceo en Toma, se cuelga como se colgaba de mi cuerpo a la hilera de murallas frías para alcanzar el cielo, el pedacito escolar de sus rabias, y poder gobernar a su manera y a su locura rebelde los patios escolares de sus recreos futboleros, de sus tardes de jornada completa que no le gustaron nunca en su vida de guerrero uniformado. La corbata como cintillo, la camisa blanca con marquitas de amor, y noches mías, y besos de la novia del cuarto, y los corazones secundarios se toman el país entero con el discurso mas lindo del ultimo tiempo. Porque de ser la lagartija revoltosa de las micros, ahora manosean su adolescencia lampiña sobre las miles de murallas sistemáticas que le impone la educación perversa de estos años, la educación todavía heredada de esos años siniestros de la dictadura, que recién ahora, nuestros chascones niños /grandes se atreven a desvincular y deslegitimar, esas leyes obsoletas por las botas militares, ante el miedo cínico de la democracia pactada que nunca quiso cambiar las bases fascista de la educación /tortura de esos años terribles.
Porque mis escolares en Toma, aspiran a una revisión de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, esa sigla nefasta de la educación militar de esos ministros cómplices de crímenes y horror, esas siglas todavía existentes, que todabia son el recuerdo de cuando se llevaban a los profesores de sus salas de clases con un destino trágico, desde las pizarras gigantes del Latinoamericano a las manos atadas camino a Lonquen, cuando los niños del curso no entendían la desaparición forzada de ese cuerpo rebelde del profe de historia. LOCE, es la sigla terrible que todavía educa a la generación nueva de niños salvajes que no quieren sistematizar su educación con la memoria siniestra de ese pasado oscuro. Menos quieren la Jornada Escolar Completa con las miles de carencias, y desigualdades, de lo que parecía perfecto, y que nunca termino por convencerlos, con la posibilidad carcelaria de llevar su educación pendeja, a pasar mas horas de encierro en ese reformatorio sistema de sueños muertos, de autoridades vacías, de discursos uniformados, que no les caben en sus mentes abiertas, en sus pelos rebeldes y sus tardes de lucha. Ahí están, mas revolucionados que nunca, las manos pintadas del Instituto Claudio Matte, los gritos de chicas Riot Girrl del Liceo 7 de niñas, ahí estaban las molotov del Vicente Pérez Rosales, las piedras dulces del Santiago Mueras, del Darío Salas, del Augusto D'Halmar, ahí estaban esos ojitos de cielo del Instituto Superior de Comercio, la rudeza poética del Barros Arana, las multitudes del Manuel de Salas, y el corazón libre del Liceo de Aplicación, ahí están la marcha de faldas y medias puberes / féminas del Liceo N°4 de niñas, y la revuelta incendiaria del Valentín Letelier.

En sus exigencias, se podría pensar que se esta pidiendo todo, o como escuche a alguien decir, se podría pensar que en esta lucha hay una eternidad de deseo por la fiesta interminable de una toma, y si así fuera, que importa que sea una fiesta el grito desgarrado que los une hermosos en la reivindicación por el derecho a ser jóvenes, en un país que no los deja volar libres en la batalla infantil de sus propuestas románticas, pero mas allá de todo, el rescate de esta causa, es el deseo por la demanda justa al derecho a la gratuidad de la educación como derecho fundamental en sus días de escolar; por la inscripción gratuita para la PSU, como resultado de un negociado de parte de las universidades, que exigen este tramite oficial, y lo cobran en exceso, mas allá del derecho, transformandose en el corpus social de la educación pagada como legitima, y la educación estatal, como un derecho a la tragedia y a la desigualdad. Y ahí están como la nueva guerrilla de liceo, la barricada de sillas como la metáfora de sueños amontonados, esperando la demanda de sus pelos revueltos, la demanda eterna para poder recorrer el derecho de su educación con la libertad del patrocinio necesario de la democracia materna.

Y es que mi escolaridad como la de muchas generación debió sostener, todavía en esos fines de los años noventa, la historia detestable de pactos y tragedias, porque mas de una década se ha intentado borrar la cicatriz militar del moribundo dictador, pero, recién ahora, en que los nuevos niños con la caída sensual de sus pantalones y con miles de cruces fálicas, cadenitas raquíticas adornando sus cuerpos, bordados rabiosos de piercing y automutaliaciones familiares colgando de sus ojitos, de sus labios sensuales, de sus miradas atrevidas de las chicas del liceo que de igual a igual se toman las voces de lucha, de la convocatoria, de sus justicias, de sus injusticias, de sus amores varios, porque siento que de alguna manera, no saben, pero saben, y eso es lo mas maravilloso de esta revuelta que enmudeció al país, de esta nueva generación que se toma la ciudad, y que retoman en su dialogo amoroso la protesta, y la rabia inmensa, de cambiar lo imposible, de borrar lo establecido, de correr de la represión con la furia casi infantil de sus mechas, sus borrones, sus lápiz pasta, sus cuadernos con la ultima hoja con corazón con dedicatoria, y con una lengüetazo rebelde con una hoz y un martillo.

Y es que de todas las formas posibles, resulta hermoso ver a los chicos revueltos, asumiendo culpas de antes en sus discursos actuales, y reivindicando mis teorías huachas de mis poemas de amor, porque tantas veces los defendía cuando los escribía, cuando los amaba hasta la victoria de llevarlos a mi peluquería, de comprarnos ropa juntos, de usar polainas en esos días de terciopelo, pero no se si creciste y contigo también creció toda la nueva revuelta de tus pares hermosos, porque yo que pensaba que la revolución era tu estética corporal de tu ropa, y tus modas, y tus exageración, y tus sobreproducciones, cuando pensaba que era solo baile, que del punk ochentero se cruzaban a la furia incandescente del visual rock actual, pero no era solo esa estética neo vanguardia de sus mechas surtidas de colores, ni la hilera de pierncing encima la bandera de lucha para su única batalla personal, ni la única demanda posible en sus sueños por una fiesta eterna que dure toda la noche en su cama y en la disco, y que no enciendan nunca / nunca las luces, porque algo pasa en la belleza de estos quinceañeros, que ya no solo quieren bailar en sus noches celestes, sino también quieren llevar sus rabias, sus estéticas zurdas y sus bailes post modernos a las calles, a los sistemas de gobiernos, al discurso oficial, que ya no puede silenciar las miles de políticas románticas de esta nueva adolescencia que mas allá de un sueño, asume, esta batalla colectiva como la gran nueva batalla de Chile, para meter bulla, para desordenar la cordillera, para que todos los escolares de antes nos sumemos a su causa hermosa, como gesto de complicidad con la valentía pingüina de estos nuevos niños, que condicionados a la belleza de sus modas, y sus minorías y sus dibujitos corporales, se mezclan, se entrecruzan, se rozan, se enamoran, y uno como no creyendo el nuevo video clip punk hardkore, observa como la T.V. noticiosa es un nuevo video arte protagonizado por la rebeldía histérica del after school.

Yo los amaba siempre, y los amaba todo el año, y entonces como no acompañarlos en la revolución, como no quererlos mas, así encapuchados, enfilando sus cartelitos hecho a mano, con las consignas gritonas, con las rabietas y las masturbación con letras huachas enumerando miles de lienzos eternos que tapan el sol con mil dedos, llenándose de saliva en esos parques cuando nos amábamos despacito y ahora cuando se llenan de tinta roja, cuando te veo todo revuelto, con tus ojos de tigre indefenso, porque no quieres que tu mama te descubra en la cimarra punk de tus cabellos sueltos, y tus molotov artesa en esas días de frió, cuando pensabas que el cielo estaba mas cerquita, y entonces cualquier cosa que no se pareciera a tus sueños facilones y dramáticos, había que quemarlos, había que incendiar todas las calles si era necesario, porque no conocías ni a Silvio, ni sabias la historia final de Cuba, pero que importa, que importa, que todavía en tu corazón piojoso lleves la polerita del Che, o la nueva canción del punk de los fiskales se colara tierno / tierno en tu bolsito con parches y alfileres, y besos míos, porque te miraba enterito, y te quería así, rebelde, bronceado por la marcha, transpirado por la represión, mojadito entero por el fascismo graciosos que te mojaba todo el pelito, y los ojos, y tus lienzos, y tus sueños, y aunque estuviera todo mojadito, todavía te daba besos, todavía te quería, todavía te acompañaba a la lucha, todavía te decía te quiero, todavía te hacia poemas de amor, porque mi corazón era la toma perpetua de tus cariños rabiosos, y tus cariños rabiosos eran la molotov furiosa de mis labios.

Ahí estaban todos, todos a los que les escribo, formaban en su uniformidad desde la desuniformidad de sus miradas, la tragedia, el abandono, la belleza y mis deseos. El cuadro poético / político de mi vida, como una resignación de escolaridad, hacían mi estructura legitima por este amor punk, por estas furias hardkore. Ahí se veían de lejos, los parches de Lacrimosa con los de miranda! mojándose apenas por la mecha vigilante de la autoridad, apenas corrían las chicas de pelo largo con sus novios colgando apenas en sus cinturitas de lenguaje + cientifico humanista, que con esfuerzo sujetan los cinturones egoístas en esos filtreos de cuerpos, y boxer colgando, y cuerpos dulces diciendo te quiero mucho / poquito / nada, corriendo de la mano con su chica emo, y sus estrellitas luminosas, avisando que viene la repre a la tribu dark wave, que no quiere mojarse la sobreproducción de lacas, y cremas varias, para el Robert Smith de tercero medio, para el anoréxico / andrógeno placebito boys de segundo, para la chica de moika del primero, o para los novios clandestinos y coloridos y Fun People en el corazón y corre, corre porque la Alameda es mi baile, porque la ciudad es tu lenguaje nuevo, y el lenguaje nuevo es la nueva asignatura que dice rebeldía en el centro del pizarrón, porque estos nuevos chicos, que crecen mas rápido que los sueños patrios, que crecen con mas rabia que las viejas luchas, que crecen con menos miedo, que nosotros, los de antes: ahí están todos, llevando la misma bandera, entre las moikas de fin de siglo, entre las rasuradas masculinas, entre las amaneradas costumbristas, entre las miles de modas, los miles de bailes, los miles de deseos errantes que posicionan la revuelta estudiantil, porque la ciudad esta en toma, y la Alameda también defiende la poética magistral de sus adolescencias.